“El hombre es creado para alabar, reverenciar y servir a Dios nuestro Señor, y por esto para salvar su alma, y otras cosas sobre la faz de la tierra son creadas para el hombre, para que lo ayuden a lograr el fin que tiene. .. se crea, de donde se sigue que el hombre debe usarlas tanto como le ayuden a su fin, y debe abandonarlas tanto como le impidan hacerlo.”
(San Ignacio de Loyola – Ejercicios Espirituales, n. 23)
Para que la relación con el Padre sea completa, es necesario profundizar la relación con los demás y con la creación, no sin antes recordar que nuestra meta no está en las cosas terrenas. A continuación veremos 5 leyes que rigen nuestra relación con Dios y con los demás y que nos ayudan a ser mejores ya asemejarnos a Cristo. Cuando las aplicamos, muchas situaciones adquieren un nuevo significado y nuevas dimensiones son capaces de amar más y mejor a las personas con las que Dios nos permite vivir.
Ley de Aceptación
• Está ligado al grado de amor que tenemos con nosotros mismos;
• Necesidad de amarnos a nosotros mismos y luego amar a nuestro prójimo (ama a tu prójimo como a ti mismo);
• Capacidad de aceptarnos a nosotros mismos, de aceptar nuestra historia y la forma en que fuimos criados;
• Ver los defectos como caminos de encuentro con Dios Bien trabajados, con paciencia, nos acercan a Dios;
• Gracias a Dios por lo que somos;
• Debemos compararnos sólo con Jesús, Él es nuestro ejemplo;
• Cuidado con la tentación de querer que otros sean nuestros espejos;
• Ser pacientes con nosotros mismos y con los demás (uno está ligado al otro);
• La aceptación conduce al perdón. Acepta amar y perdonar;
• Es cuando nos aceptamos a nosotros mismos que podemos amar y también aceptar a nuestro hermano.
Ley del amor responsable
• No tome acciones basadas en el instinto y la espontaneidad;
• siempre tenemos que ser espontáneos con todos Porque amo, soy responsable porque amo, hablo o callo;
• El amor responsable nos lleva a tener cuidado con nuestros hermanos y hermanas y con el entorno en el que vivimos, nos enseña que el camino más fácil no siempre es el correcto;
• Criterio de amor y responsabilidad para orientar nuestras acciones y elecciones;
• El amor responsable nos insta a construir y nunca a destruir.
Ley de preferencia
• Dar preferencia a aquello en que se manifieste claramente la voluntad de Dios;
• Elegir la voluntad de Dios sobre la nuestra Hacer la voluntad de Dios requiere discernimiento (la acción del Espíritu Santo y la dirección espiritual);
• La ley de la preferencia nos dice que sirvamos a la caridad antes de ser servidos;
Una pregunta para indicar el camino del bien : ¿Qué haría Jesús en mi lugar?
Ley de la indiferencia
“Por tanto, es necesario hacernos indiferentes a todas las cosas creadas, en todo lo que se concede a la libertad de nuestro libre albedrío, y no está prohibido de tal manera que, de nuestra parte, no queramos la salud más que enfermedad, riqueza, qué pobreza, honra qué deshonra, vida larga que vida corta, y en consecuencia en todo lo demás menos sólo desear y elegir lo que más nos lleve al fin para el que fuimos creados.” (San Ignacio de Loyola – Ejercicios Espirituales, n. 23).
No se trata de alienación, desprecio, huida de la realidad ni nada por el estilo. ¡Es la capacidad de aceptar los hechos con los ojos de la fe! Quien la vive tiene en los labios: “Bendito sea Dios”
• Mantén tus ojos fijos en Jesús: aplica esta ley incluso en las cosas pequeñas de la vida cotidiana;
• No atribuir miedos y limitaciones a esta ley para que no nos amoldemos a las situaciones y nos resignemos. Cuando es entendida por el corazón, esta ley previene quejas, blasfemias y rebeliones contra Dios;
• El perdón también debe pasar por esta ley. Bendito sea Dios cuando alguien nos hiere para orar por esa persona;
• Para discernir entre Dios y sus obras – “Dios y no las obras de Dios“. El Señor debe ser el centro y no las obras y las personas.
Ley de actividad
• A diferencia de la pasividad, esta ley tiene una estrecha relación con la ley de la santa indiferencia;
• Sean proactivos, oren siempre, confíen en el Padre. Se aplica principalmente en las alturas de la desesperación, cuando el mundo conspira contra nosotros;
A menudo damos todo por sentado, pero no podemos darlo por sentado, ¡porque Dios es el Dios de lo imposible!
• Si es Su voluntad , Él puede cambiar cualquier situación, pero si Él permite la enfermedad por un bien mayor, “Bendito sea Dios”.
El pedido de Jesús es que nunca dejemos de amar, ni en la alegría, ni en el dolor, ni en los momentos de calma, ni en los momentos de tormenta. Cuando elegimos el amor y decretamos que nada se puede hacer sin él, todo dentro y alrededor de nosotros se transforma. El amor es una decisión, no sólo un sentimiento. Debemos experimentar el amor no como el mundo lo entiende, sino más profundamente, en una experiencia que parte de un movimiento interior y pasa por la renuncia, el despojo y la entrega para hacer todo “por amor, con amor y en el amor”. Amar a Dios, a nuestro prójimo ya nosotros mismos.
¡Toda sanación y liberación interior pasa directamente por el amor! Liberarnos, en la práctica, es generar más amor en el corazón. Sanarnos, en la práctica, es dejar que el amor sane nuestro corazón, que el amor transforme “lo que a veces existe en nosotros en un maravilloso paisaje de colores”, es que fuimos creados por Dios para este fin. El ser humano sólo se realiza amando, sólo amando encontramos sentido a nuestra vida.
¡TODO POR JESÚS, NADA SIN MARÍA!
Nota:
Este texto es una reflexión sobre el libro Camino de la Luz, de autoría del Rev. Pie. Alexandre Paciolli , iCM , servidor fundador de la Comunidad Católica Olhar Misericordioso.
Vea también:
Experimenta el amor de Dios
Abre tu corazón al Padre