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Vivir la Semana Santa

11/04/2022 . Formações

Experiencia de la Semana Santa, el Triduo Pascual y el clímax del año litúrgico: ¡La Resurrección del Señor!
“Hago nuevas todas las cosas” ( Ap 21,5 )

“El sagrado Triduo de la Pasión y Resurrección del Señor es la culminación de todo el año litúrgico, porque la obra de la redención humana y la perfecta glorificación de Dios la realizó Cristo especialmente en su Misterio Pascual, por el cual, al morir, destruyó nuestra muerte y resucitando restauró la vida.”

He aquí que ha pasado otra Cuaresma y entramos en la semana más importante del año para un católico: la Semana Santa. Todo el camino que hemos vivido hasta ahora ha sido para prepararnos para celebrar mejor el gran acontecimiento de nuestra fe: la resurrección del Señor. Desde la Misa vespertina de la Cena del Señor hasta las Vísperas del Domingo de Resurrección, estaremos junto a Jesús en el Triduo Pascual, que es el corazón del Misterio Pascual.
Nuestro año litúrgico anterior terminó con la fiesta de Cristo Rey y el nuevo año comenzó con el Adviento. El año litúrgico es el desarrollo de los diferentes aspectos del único misterio pascual (CCE 1171). En otras palabras, “A partir del Triduo pascual, como de su fuente de luz, el tiempo nuevo de la resurrección llena con su claridad todo el año litúrgico. Progresivamente, a ambos lados de esta fuente, el año es transfigurado por la liturgia. Realmente es el año de la gracia del Señor. La economía de la salvación se da en el marco del tiempo, pero desde su cumplimiento en la Pascua de Jesús y la efusión del Espíritu Santo, se anticipa, se gusta, el fin de la historia y entra en nuestro tiempo el Reino de Dios” (CCE) . 1168).
Cuando vivimos el Triduo Santo, nuestra fe y nuestra esperanza deben centrarse en el Resucitado. ¡La Resurrección es la meta! “Por eso la Pascua no es simplemente una fiesta entre otras: es la ‘fiesta de las fiestas’, la ‘solemnidad de las solemnidades’ (…). El misterio de la resurrección, en el que Cristo aniquiló la muerte, penetra con su poderosa energía nuestro tiempo antiguo, hasta someterlo todo a Él” (CCE 1169).

DIOS ESTA VIVO HOY Y SIEMPRE!

“Cuando la Iglesia celebra el misterio de Cristo, hay una palabra que marca el ritmo de su oración: ¡Hoy!, como eco de la oración que su Señor le enseñó y de la llamada del Espíritu Santo. Este “hoy” del Dios vivo, en el que el hombre está llamado a entrar, es la “Hora” de la Pascua de Jesús, que atraviesa y sostiene toda la historia. (CEC 1165).
Podemos caer en la tentación de acostumbrarnos e incluso cerrarnos a las gracias de Dios en nuestra vida. Podemos acostumbrarnos a la celebración eucarística… Podemos acostumbrarnos a muchas cosas, y qué peligro tan grande es acostumbrarnos y cerrarnos a la novedad de Cristo para nuestra vida. Este año no podemos vivir la Semana Santa como lo hicimos el año pasado: siempre debemos estar cambiando para mejor, adentrándonos en aguas más profundas.
Para nosotros, en el misterio de su Pasión, Muerte y Resurrección, Cristo hizo nuevas todas las cosas. Y he aquí que todos los años vivimos con la Iglesia y en la Iglesia el misterio cumbre de nuestra fe. Necesitamos tomar posesión de la novedad pascual en nuestra vida y no caer en el peligro del cansancio o de la “mismidad” en nuestra vida espiritual.
“El pueblo de Dios, desde el tiempo de la Ley Mosaica, conoce fiestas en fechas fijas a partir de la Pascua, para conmemorar las obras poderosas de Dios Salvador, para darle gracias por ellas, para perpetuar su memoria y enseñar las nuevas generaciones a amoldar su conducta a ellas. En el tiempo de la Iglesia, situado entre la Pascua de Cristo, ya cumplida de una vez por todas, y su consumación en el Reino de Dios, la liturgia celebrada en días fijos está totalmente impregnada de la novedad del misterio de Cristo. (CEC 1164)
“Si queremos expresar plenamente la verdad sobre la misericordia, con la plenitud con que se ha revelado en la historia de nuestra salvación, debemos penetrar profundamente en el mysterium paschale (misterio pascual).” Pero, ¿qué es, entonces, el misterio pascual?

En esta expresión reside la esencia de nuestra fe cristiana.

La palabra “misterio” en la Sagrada Escritura significa el plan de Dios revelado y realizado por Jesús y comunicado a los hombres por la efusión del Espíritu Santo. Aunque toda su vida es un misterio, sin duda en su Pasión, Muerte y Resurrección ésta se hace más visible, convirtiéndose en el núcleo del misterio pascual (fuente). El misterio pascual es la culminación de la revelación y acción de la misericordia, capaz de justificar al hombre y restablecer la justicia como cumplimiento del designio salvífico (…) es Cristo en la cumbre de la revelación del misterio inescrutable de Dios. La cruz erigida en el Calvario, brota del más íntimo corazón de amor, con el cual el hombre, creado a imagen y
semejanza de Dios, fue beneficiado gratuitamente, según el eterno designio divino. En su resurrección, Cristo reveló al Dios del amor misericordioso, precisamente porque aceptó la cruz como camino para la resurrección. Por eso, cuando recordamos la cruz de Cristo, su pasión y muerte, nuestra fe y nuestra esperanza se centran en el Resucitado.

Sepamos vivir y amar este momento de nuestra Fe, para hacer de la Semana Santa lo que realmente es: ¡La semana más grande de nuestras vidas !

¡TODO POR JESÚS, NADA SIN MARÍA!

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