Palabras del Siervo Fundador: Cuaresma, tiempo especial de ayuno, oración y caridad.

“EL AMOR ES LA FLOR Y LA MISERICORDIA ES EL FRUTO”
Santa Faustina

Por amor, la Cuaresma para nosotros debe ser un tiempo especial de ayuno, oración y caridad. Ese trípode debe ser vivido todos los días, pues sin él nuestra relación con Dios, el prójimo y nosotros mismos, se complica…
El ayuno debe hacerse material y también en algo físico (que lleve a la purificación corporal, dominio de la concupiscencia). El verdadero ayuno es auténtico (por amor a Dios, al prójimo y a nosotros mismos), mortifica la carne, fortalece el espíritu, abate la concupiscencia, dispone el corazón para ser como el de Cristo (cf. San Fco de Sales, homilía sobre el ayuno).

“No caigas en la tentación de ayunar solo, por ejemplo, de desánimo, malas palabras, de tristeza, dejar de ver películas…”

Haz también la parte corporal, por ejemplo, no comer carne lunes y miércoles en la Cuaresma, más allá de los viernes… despertar prontamente… privación de vicios que tengo… Pero hazlo con sentido de penitencia, es decir, de purificación personal y reparación al Corazón de Jesús y de María que sufre por nuestras ofensas.
Nuestro ayuno también debe ser humilde, sino pierde mérito (cf. Lc 18,11-14). ¿Quieres saber otros aspectos del ayuno? Lea: Isaías 58,3-7.

Pero no quiero terminar sin dejar claro que el ayuno NO da fruto si no es regado por la Misericordia. Decía San Pedro Crisólogo:

“Lo que es la lluvia para la tierra, así es la misericordia para el ayuno”

¡Entonces, manos a obra! Preparémonos para una santa cuaresma. Ayuno físico y espiritual, oración y practicar obras de misericordia corporales y espirituales.

Siervo-fundador, P. Alexandre Paciolli, iCM.

¡Todo por Jesús, nada sin María!