Hemos llegado al mes de mayo, conocido en los círculos católicos como el mes de María, pero ¿cómo surgió esta tradición? Esta costumbre se remonta a una devoción de la Edad Media en la que se hacían ejercicios piadosos para honrar a María en el mes de mayo, debido a la llegada de la primavera en el hemisferio norte. Entendiéndolo así, podemos decir que también para nosotros, en el hemisferio sur, mayo parece el mes de las flores, porque María es la flor más hermosa del jardín de Dios.
Los poetas e incluso los santos, después de intentar encontrar en las flores semejanzas con la Virgen María, han llegado a la conclusión de que el perfume más agradable, la belleza más cautivadora o la utilidad providencial, son insuficientes para representar la grandeza de María. María es, en efecto, el esplendor y la gloria de la creación, razón por la cual fue elegida para engendrar a Nuestro Señor.
Por su papel en el plan de salvación y porque María es esta mujer incomparable, la Iglesia de todo el mundo se alegra con la llegada del mes de mayo, ocasión especial para honrarla y rendirle homenaje, y por eso muchas parroquias preparan Coronaciones y otras manifestaciones de amor y devoción a Nuestra Señora.
Sin embargo, estas manifestaciones no son exclusivas de las iglesias, lo mismo puede y debe hacerse con el mismo amor en nuestros hogares. Así que, prepara tu casa, ¡celebremos el mes de María con mucho amor!
Todo por Jesús y nada sin María