Jesucristo es el único verdadero amigo de nuestros corazones que fueron hechos solo para Él. Así que no pueden encontrar descanso, alegría o plenitud sino en Él
Santa Margarita María de Alacoque
Santa Margarida María de Alacoque fue instituida como discípula del Sagrado Corazón, por el mismo Jesús, en una de sus experiencias místicas y tuvo que revelar al mundo lo que Jesús le habló, lo que le hizo sentir: el amor más puro y fuerte que podría existir.
Jesús continuó enseñándole los secretos de Su Sagrado Corazón, generalmente cuando ella estaba en adoración al Santísimo Sacramento.
Jesús le permitió sentir los dolores de la Llaga, abierta en Su pecho en la cruz y los primeros viernes de mes este dolor la oprimía aún más. Entonces Jesús le reveló cómo amaba tanto a los hombres y que el desprecio que recibió de la humanidad le dolió más de lo que sufrió en su Pasión. Que si los hombres le respondían con un poco de amor, Él tendría, aunque fuera en poco, la retribución de todo el amor que Él ofrecía, pero que los hombres sólo le ofrecían repulsión y frialdad.
A partir de ahí, Jesús le pide a Margarita María que consuele su corazón haciendo lo siguiente:
(i) Comunión tan a menudo como sea posible, con todo amor;
(ii) Comunión cada primer viernes de mes;
(iii) las noches de jueves a viernes, entre las 23:00 y la medianoche (Hora Santa), acompañar a Jesús en la tristeza que sintió en el Huerto de los Olivos, permaneciendo en oración, para aplacar la ira divina y pedir misericordia por los pecadores.
Jesús también le enseñó que lo que más anhela es un corazón arrepentido y humillado, por lo que pide humildad y sinceridad en la confesión.
Para los corazones que consuelan, el Sagrado Corazón de Jesús, el primer viernes de cada mes, hizo muchas promesas. Jesús no los dictó en orden. La Iglesia tomó los diversos mensajes recibidos por Santa Margarita María y los ordenó.
En la “gran aparición” de Jesús a santa Margarita María, pidió que la fiesta de su Sagrado Corazón se celebrara el viernes siguiente a la fiesta del Corpus Christi: “Comulguen en ese día, y se haga la debida reparación mediante un acto de reparación , para reparar las indignidades que recibió durante el tiempo que estuvo expuesto en los altares. Y te prometo que mi corazón se ensanchará, para derramar abundantemente los beneficios de tu divino amor sobre los que te dan este honor y buscan que otros lo hagan.”
Descubre ahora las 12 promesas del Sagrado Corazón de Jesús a Santa Margarita María Alacoque:
1ª Promesa: “Mi bendición permanecerá sobre las casas donde se exponga y venere la imagen de Mi Sagrado Corazón”;
2ª Promesa: “Daré a los devotos de Mi Corazón todas las gracias necesarias para su estado”;
3ra Promesa: “Estableceré y mantendré la paz en sus familias”;
4ª Promesa: “Los consolaré en todas sus aflicciones”;
5ª Promesa: “Seré un refugio seguro en la vida y especialmente en la hora de la muerte”;
6ª Promesa: “Bendiciones abundantes derramaré sobre tus obras y empresas”;
7ª Promesa: “Los pecadores encontrarán, en mi Corazón, una fuente inagotable de misericordias”;
8ª Promesa: “Las almas tibias se volverán fervorosas por la práctica de esta devoción”;
9ª Promesa: “Las almas fervientes se elevarán, en poco tiempo, a una alta perfección”;
10ª Promesa: “A los sacerdotes que especialmente practican esta devoción les daré el poder de tocar los corazones más endurecidos”;
11ª Promesa: “Las personas que propaguen esta devoción tendrán su nombre inscrito para siempre en Mi Corazón”;
12ª Promesa: “A todos los que comulguen, los primeros viernes de nueve meses consecutivos, les daré la gracia de la perseverancia final y de la salvación eterna”.
Condiciones para obtener las gracias prometidas por el Sagrado Corazón de Jesús:
Las condiciones indispensables para la gran promesa del Sagrado Corazón de Jesús, la perseverancia final y la salvación eterna, son:
a) La comunión debe hacerse el primer viernes de mes;
b) la novena de comunión debe hacerse en nueve meses consecutivos. Si hay una interrupción, debe reiniciarse.
c) debe hacerse en estado de gracia y con la intención de honrar al Sagrado Corazón. Se aconseja la confesión.
Todo por Jesús, Nada sin María