Augusta Rainha
En la audiencia general del miércoles 19, el Papa Francisco continuó hablándonos del discernimiento, hablando del “Libro de la propia vida”.
El Sumo Pontífice inicia la catequesis recordándonos que en la vida tenemos que tomar siempre decisiones, y para ello debemos recorrer un camino, un camino de discernimiento. Uno de los ingredientes para ello es conocer la propia historia.
Dice el Papa:
” Nuestra vida es el “libro” más valioso que se nos ha entregado, un libro que muchos lamentablemente no leen, o lo hacen demasiado tarde, antes de morir. Y, sin embargo, precisamente en ese libro se encuentra lo que se busca inútilmente por otras vías.
Y nos da un consejo: ” Entra en ti mismo. Lee tu vida. Léete dentro, cómo ha sido tu recorrido. Con serenidad. Entra en ti mismo”.
El sucesor de Pedro continúa diciéndonos que debemos leer ese libro y aprender de él, como san Agustín, que al recorrer su vida exclama ” Y he aquí que tú estabas dentro de mí y yo fuera, y por fuera te andaba buscando; y deforme como era, me lanzaba sobre las bellezas de tus criaturas. Tú estabas conmigo, pero yo no estaba contigo” (Confesiones X, 27.38)
Debemos leer nuestra vida, y así vemos las cosas que no son buenas y también las cosas buenas que Dios siembra en nosotros.
El porqué debemos aprender, el Papa también deja claro: ” Hemos visto que el discernimiento tiene un enfoque narrativo: no se detiene sobre la acción puntual, la incluye en un contexto: ¿de dónde viene este pensamiento? ¿Qué siento ahora, de dónde viene? ¿Dónde me lleva, esto que estoy pensando ahora? ¿Cuándo he tenido la posibilidad de encontrarlo antes? ¿Es algo nuevo que me viene ahora, o lo he encontrado otras veces? ¿Por qué es más insistente que otros? ¿Qué me quiere decir la vida con esto?” Y continúa: ” El relato de los acontecimientos de nuestra vida consiente también captar matices y detalles importantes, que pueden revelarse como ayudas valiosas que hasta ese momento estaban escondidas.”
Debemos detenernos en puntos de nuestra vida para contemplarlos y aprender de ellos. ¡Parar es reconocer!
El Obispo de Roma nos dice que por el hábito de releer la propia vida, podemos educar la mirada, hacerla más aguda, de modo que no tenemos los pequeños milagros y signos que el Señor realiza para nosotros.
El hombre que no conoce el propio pasado está condenado a repetirlo
No solo nuestra vida nos ayuda a estar atentos a los detalles, sino que la vida de los santos constituye una ayuda para reconocer el estilo de Dios en la propia vida, nos permite familiarizarnos con el modus operandi del Creador
Otra forma de conocernos es la práctica del examen de conciencia:
” Algunos piensan que hacer este examen de conciencia es hacer la contabilidad de los pecados que has cometido ―cometemos muchos― pero también es preguntarse “¿qué ha sucedido dentro de mí, he tenido alegría? ¿Qué me ha traído la alegría? ¿Me he quedado triste? ¿Qué me ha traído la tristeza? Y así aprender a discernir qué sucede dentro de nosotros.”
¡Aprendamos del Papa, en esa caminata, a siempre discernir, y valoremos nuestra historia, ella tiene mucho que enseñarnos!
Audiencia General con el Papa Francisco. Clic aqui
Foto tomada del link