Espera en Jesus
“Recuerda: las noches más oscuras producen las estrellas más brillantes. ¡Nunca es demasiado tarde para tomar nuestra historia y escribir un nuevo final, lleno de esperanza, lleno de Misericordia! Y la esperanza sobrenatural es la que nos recuerda que la muerte no es el fin, sino la vida eterna con Dios. (…) La vida deja dolores difíciles de curar. Pero el amor Misericordioso de Dios deja recuerdos que nadie puede borrar”. (Padre Alexandre, Meditatio 29/11/2017).
Señor Jesús, hoy quiero entregarte de nuevo a todos aquellos por los que he orado a lo largo de mi vida y las situaciones por las que he reclamado tu poder. Cuantas veces me has escuchado hablarte de los que amo y que llevo en el corazón. Recíbelas todas de nuevo en Tus manos hoy, cuando revivamos el día en que rompiste las puertas y cadenas de la muerte, destruyendo las prisiones del infierno. Enséñame a esperar siempre en Ti, Señor, ya desear Tu gracia y Tu salvación más que cualquier otra cosa para mí y para el mundo entero. Sólo Tú sabes lo que es mejor para mí y los míos, y quiero aprender a confiar más en Ti, porque sé que un misionero de la Misericordia nunca se desanima ni se rinde. María Santísima, tú que has esperado en el Señor y has creído fielmente en su promesa, ven en mi ayuda y ayúdame a ser puro y recto en la intención, buscando siempre la gloria de Dios como fin último, también en mis oraciones. ¡Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío y espero!
En el santo sepulcro, María Magdalena buscándola Jesús, se inclinó en lágrimas, los ángeles quisieron calmar su dolor, pero nada pudo apaciguar sus dolores, no fuisteis, arcángeles luminosos, a quienes aquella alma ardiente vino a buscar;
Quería ver al Señor de los Ángeles, tomarlo en sus brazos, llevarlo lejos.
Del sepulcro había sido la última en partir y la primera en venir con la luz del día, también vino su Dios velando su luz, que en cuestión de amor no venció. Rostro, Un nombre, solo uno, sale de su Corazón, Diciéndole: ¡María! Y fue en ese momento que la llenó de paz y consuelo.(…)
Deseo un corazón que arda en ternura, que me de un apoyo sin quejarse, amando todo en mí, hasta mi impotencia, y así de noche y de día, sin dejarme jamás, tomar mi naturaleza, hacerse mi hermano para sufrir.
Tú me escuchaste, único amigo que amo, Haciéndote mortal para conquistarme, Tú derramaste Tu sangre, ¡misterio supremo!… Y sin embargo Tú vives para mí en el Altar. Puedo, oh Dios, vivir de Tu Gracia, puedo descansar en Tu Sagrado Corazón.
Corazón de Jesús, tesoro de ternura, mi felicidad y única esperanza, tú supiste encantar mi tierna juventud, ¡quédate conmigo cuando llegue la última noche!, pues es en tu siempre infinita bondad que yo quiero perderme, Corazón. de Jesús! (…)”
(Extracto del poema Meu Céu na Terra, de Santa Teresinha)
Avemaría…
Nuestra Señora de Guadalupe, todos los santos patronos y copatronos de la Mirada Misericordiosa, orad por nuestra Semana Santa y por todos los sacerdotes y familias por los que rezamos estos días. ¡Amén!
¡Todo por Jesús, nada sin María!