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Misterios Gloriosos

(Miércoles y Domingo)

“Por la señal de la Santa Cruz…”, “En el nombre del Padre…”

“Oh Dios, cuyo Hijo unigénito nos alcanzó el premio de la salvación eterna, con su vida muerte y resurrección, os pedimos que, al venerar los misterios del rosario de la Bienaventurada Virgen María, vivamos sus enseñanzas y alcancemos las promesas que ellos contienen”

 Por el Papa y sus intenciones:

 – Credo

– Padre Nuestro;

– “En honor de Dios Padre que nos creó, y creó a la Virgen María; Dios te Salve María…”

– “En honor de Jesucristo, Hijo de Dios, Hijo de la Virgen María, nuestro Redentor; Dios te Salve María…”

– “En honor del Espíritu Santo, nuestro Dios santificador, Esposo de la Virgen María; Dios te Salve María…”

– Gloria… Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén

“Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, llevad a todas las almas al Cielo y socorre principalmente a las más necesitadas”

“Bendice al Santo Padre el Papa, nuestro obispo diocesano, santificad al clero al Padre Alexandre y nuestras familias, dadnos salud, paz y salvación eterna “.

“Oh María concebida sin pecado, ruega por nosotros que recurrimos a Vos”.

“Jesús manso y humilde de corazón, haced nuestro corazón semejante al Vuestro”

“Nuestra Señora de Guadalupe, ruega por nosotros”

“San José, ruega por nosotros”

“Santos Miguel, Gabriel y Rafael Arcángeles, rueguen por nosotros y defiéndannos en el combate”.

INTENCIONES DEL ROSARIO

1) En el primer misterio glorioso contemplamos la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.

Lc 24,1-6: “El primer día de la semana, bien de madrugada, las mujeres fueron a la tumba, llevando los perfumes que habían preparado. Encontraron la piedra de la tumba removida, pero, al entrar, no encontraron el cuerpo del Señor Jesús y se quedaron sin saber lo que estaba pasando. En eso, dos hombres con vestiduras resplandecientes pararon cerca de ellas. Llenas de miedo, ellas miraban al suelo. Pero ellos les dijeron: “¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? No está aquí. ¡Resucitó!”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Señor, honramos vuestra gloriosa resurrección. Te pedimos y a Nuestra Madre Santísima, que te amemos más y te sirvamos con fervor.

Se hace un breve momento de silencio para meditar en ese misterio.

Padre nuestro, 10 Ave María, Gloria…

“Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, llevad a todas las almas al Cielo y socorre principalmente a las más necesitadas”

“Bendice al Santo Padre el Papa, nuestro obispo diocesano, santificad al clero al Padre Alexandre y nuestras familias, dadnos salud, paz y salvación eterna “.

“Oh María concebida sin pecado, ruega por nosotros que recurrimos a Vos”.

“Jesús manso y humilde de corazón, haced nuestro corazón semejante al Vuestro”

“Nuestra Señora de Guadalupe, ruega por nosotros”

“San Padre Pío de Pietrelcina, Santos Luis y Celia Martin, rueguen por nosotros”

2)

En el segundo misterio glorioso contemplamos la Ascensión admirable de Jesucristo al Cielo.

Mc 16,19: “Después de hablar con los discípulos, el Señor Jesús fue elevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Señor, honramos Vuestra triunfante ascensión. Te pedimos y a la Madre Santísima, un ardiente deseo de alcanzar el Paraíso.

Se hace un breve momento de silencio para meditar en ese misterio

Padre nuestro, 10 Ave María, Gloria…

“Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, llevad a todas las almas al Cielo y socorre principalmente a las más necesitadas”

“Bendice al Santo Padre el Papa, nuestro obispo diocesano, santificad al clero al Padre Alexandre y nuestras familias, dadnos salud, paz y salvación eterna “.

“Oh María concebida sin pecado, ruega por nosotros que recurrimos a Vos”.

“Jesús manso y humilde de corazón, haced nuestro corazón semejante al Vuestro”

“Nuestra Señora de Guadalupe, ruega por nosotros”

“Santa Margarita María de Alacoque, ruega por nosotros.”

3) En el tercer misterio glorioso contemplamos la venida del Divino Espíritu Santo sobre los Apóstoles reunidos con María Santísima en el Cenáculo en Jerusalén.

Hechos 2,1-4: “Cuando llegó el día de Pentecostés, los discípulos estaban todos reunidos en el mismo lugar. De repente, vino del cielo un ruido como de un viento fuerte, que llenó toda la casa en que se encontraban. Entonces aparecieron lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas, conforme al Espíritu les concedía expresarse”. Palabra de Dios. Te alabamos Señor.

Señor, honramos el descenso del Espíritu Santo sobre María y los apóstoles. Te pedimos y a la Madre Santísima, el descenso del Espíritu Santo en nuestras almas.

Se hace un breve momento de silencio para meditar en este misterio

Padre nuestro, 10 Ave María, Gloria…

“Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, llevad a todas las almas al Cielo y socorre principalmente a las más necesitadas”

“Bendice al Santo Padre el Papa, nuestro obispo diocesano, santificad al clero al Padre Alexandre y nuestras familias, dadnos salud, paz y salvación eterna “.

“Oh María concebida sin pecado, ruega por nosotros que recurrimos a Vos”.

“Jesús manso y humilde de corazón, haced nuestro corazón semejante al Vuestro”

“Nuestra Señora de Guadalupe, ruega por nosotros”

“Santa Teresita del Niño Jesús, ruega por nosotros”.

4) En el cuarto misterio glorioso contemplamos la gloriosa Asunción de María al Cielo.

Lc 1,49: “Todas las generaciones, de ahora en adelante, me llamarán bienaventurada, porque el todo Poderoso ha hecho para mí cosas grandiosas”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Señor, honramos la gloriosa Asunción de Vuestra Madre al cielo. Te pedimos que concedas la gracia del verdadero amor y devoción a María.

Se hace un breve momento de silencio para meditar en ese misterio…

 Padre nuestro, 10 Ave María, Gloria…

“Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, llevad a todas las almas al Cielo y socorre principalmente a las más necesitadas”

“Bendice al Santo Padre el Papa, nuestro obispo diocesano, santificad al clero al Padre Alexandre y nuestras familias, dadnos salud, paz y salvación eterna “.

“Oh María concebida sin pecado, ruega por nosotros que recurrimos a Vos”.

“Jesús manso y humilde de corazón, haced nuestro corazón semejante al Vuestro”

“Nuestra Señora de Guadalupe, ruega por nosotros”

“Santa Faustina Kowalska, ruega por nosotros”.

5) En el quinto misterio glorioso contemplamos la Coronación de Nuestra Señora como Reina del Cielo y de la tierra.

Ap. 12,1: “Entonces apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida con el sol, teniendo la luna debajo de los pies y, sobre la cabeza, una corona de doce estrellas”. Palabra de Dios. Te alabamos Señor.

Señor, honramos la coronación de María. Te pedimos perseverancia en la gracia y la corona de la gloria eterna.

 Se hace un breve momento de silencio para meditar en ese misterio

 Padre nuestro, 10 Ave María, Gloria…

“Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, llevad a todas las almas al Cielo y socorre principalmente a las más necesitadas”

“Bendice al Santo Padre el Papa, nuestro obispo diocesano, santificad al clero al Padre Alexandre y nuestras familias, dadnos salud, paz y salvación eterna “.

“Oh María concebida sin pecado, ruega por nosotros que recurrimos a Vos”.

“Jesús manso y humilde de corazón, haced nuestro corazón semejante al Vuestro”

“Nuestra Señora de Guadalupe, ruega por nosotros”

” San Juan Pablo II, Todos los Santos y Santas Llagados rueguen por nosotros”

Agradecimiento:

“Infinitas gracias os damos, Soberana Reina, por los beneficios que todos los días recibimos de vuestras manos maternales. Dignaos, ahora y para siempre, tomarnos bajo vuestro poderoso amparo y para más alegraros os saludamos con una Salve Reina”

Salve Regina, Mater Misericordiae Vita, dulcedo, et spes nostra, salve.

Ad te clamamus, exsules, filii Evae.

Ad te suspiramus, gementes et flentes in hac lacrimarum valle.

Eia ergo, Advocata nostra, illos tuos misericordes oculos ad nos converte.

Et Iesum, benedictum fructum ventris tui, nobis post hoc exsilium ostende.

O clemens, O pia, O dulcis Virgo Maria.

¡Todo por Jesús, nada sin María!

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